ADIÓS, MARCO

Marco Simoncelli ha muerto con sólo veinticuatro años. El italiano era un futuro campeón del mundo de MotoGP, ya lo fue en 250 c.c. en 2008, en Malasia, en el circuito de Sepang, justo donde tres años después ha perdido la vida. La mala suerte se ha cebado con el 58, que trataba de evitar una caída cuando ha sido arrollado por el estadounidense Colin Edwards y por Valentino Rossi, su mejor amigo en el mundo de las motos, Valentino Rossi.

Marco siempre ha sido un piloto especial, por eso hace dos años, en el circuito de Cheste, quise hacerme una foto con él, con Simoncelli, un fenómeno que luego las ha tenido de todos los colores con los nuestros, Lorenzo, Pedrosa, Barberá, Bautista y Elías, el de Manresa que el año pasado ya tuvo la desgracia de vivir, también sobre la pista, en Moto2, la muerte del japonés Shoya Tomizawa. Aún así al gran Simoncelli se lo he perdonado todo, le daba vida a las carreras, aunque sea irónico decirlo hoy. Que iba muy al límite, sí, pero el que no arriesga no gana, y esta vez lo triste es que ha perdido sin arriesgar.

Descanse en paz, Marco Simoncelli.