26/11/20

¡ADIÓS A D10S!

Cualquiera que haya nacido en los 50, 60 y 70, principalmente, y aún más si es argentino, entenderá este artículo. Somos los niños que empezamos a amar el fútbol gracias a Diego Armando Maradona.


Yo con quince años tuve la oportunidad de hablar con él muchas veces, fueron breves momentos, pero
inolvidables. Cada vez que el Barcelona venía a Madrid iba a verlo, entonces hasta se podía charlar con los futbolistas, y luego, claro, pedirle alguna foto o autógrafo. No sé ni los que tengo, incluso alguna vez me he preguntado ¿para qué tantos?, la respuesta es que Diego era D10S, entrañable fuera del campo y genial dentro. Ya como periodista volví a estar con él durante su etapa en el Sevilla. Seguía siendo único.

Como ya está todo dicho de él pero no por él, quiero recordar un comentario suyo: "Piensen en mí solo como futbolista, como hombre ya me encargo yo de hacerlo las veinticuatro horas del día".  

Para acabar me quedo con una frase que define muy bien a Maradona y que parafraseo a mi manera: "No me importa tanto lo Maradona hizo con su vida, me importa más lo que hizo con la mía... ¡Gracias a D10S!".

19/2/20

¡FICHEN A HAALAND, YA!

No aguanto más. Llevo con la idea desde mayo, desde que Erling Braut Haaland hizo nueve goles en un partido, nueve de los doce que Noruega le marcó a Honduras en el Mundial sub-20. Tenía el chaval 18 años. Me pareció increíble, la hazaña y el corte de jugador que vi.
Luego se salió en el Salzburgo con ocho goles en la Champions en seis partidos. Lo ficha por 20 millones el Borussia Dortmund y en cinco partidos en la Bundesliga ya lleva ocho dianas. Regresa la Liga de Campeones y otros dos tantos al PSG para acercar a los germanos a los cuartos de final. Lo nunca visto. Un nivel goleador, con 19 años, que ni Leo Messi, ni Cristiano, ni nadie. Haaland es de esos jugadores que salen uno o dos cada quince o veinte años.
Cómo es posible que el Barcelona no vaya a por él cuando necesita urgentemente un goleador que suceda a Luis Suárez y estaba dispuesto a pagar 200 millones por repescar a Neymar. Que se los guarden y fichen al noruego, que es el futbolista del futuro.
Tampoco entiendo al Real Madrid, otro con 200 millones en el banco para invertirlos en Mbappé. Que sí, que igual los vale, pero Haaland también. Además en el caso de los blancos ya casi se han gastado esa cantidad al calor de tres brasileños, Vinícius, Rodrygo y Reinier, cuando el gol viene del frío noruego y se llama: ¡Erling Haaland!
No lo dejen para mañana que ya será tarde. Paguen lo que les pida el Borussia Dortmund, el padre del jugador y Mino Raiola, el representante de la criatura. Este tío es el 9 que estaba esperando el mundo del fútbol, el que va a competir con Messi o Ronaldo por los récords de goles. Y es que Haaland combina un físico espectacular, mide 1,94, con una velocidad digna de Usain Bolt, a lo que se une lo más importante del fútbol, que lleva el gol en la sangre. Neymar o Mbappé es probable que ganen el Balón de Oro... Haaland lo va a conseguir, seguro. Tiempo al tiempo.

19/11/19

SOMOS UN PAÍS DE CHIRIGOTA

El titular es de Casillas tras la esperpéntica salida de Robert Moreno de la Selección. Se puede estar de acuerdo con Iker o no, en que somos un país de chirigota, pero seguro que la vuelta de Luis Enrique a La Roja se podía haber hecho de otra manera.
El catalán ha dirigido a España en toda la fase de clasificación para la Euro 2020 salvo el primer partido contra Noruega, en el que se ganó por 2-1. A partir de ahí la trayectoria ha sido igual de impecable que en el inicio con Luis Enrique Martínez.

Que el asturiano tenía todo el derecho a volver es indiscutible, pero en junio al ser nombrado Robert lo que se dijo es que la etapa de Luis Enrique con España había terminado y que empezaba una nueva con Moreno.


Pasó el verano y Luis Enrique habló con Robert y le dijo que quería volver. Moreno, seguramente asustado, se lo transmitió a Luis Rubiales en busca de cariño, pero lo que hizo el presidente de la Federación fue a llamar a Lucho y abrirle de nuevo la puerta de la Selección a la espera de que Moreno, como había dicho, diera un paso al lado.

Robert, que se había creído que era el seleccionador oficial y definitivo, no entiende que ahora no le dejen ir a una Eurocopa donde ya se veía.

Luis Enrique con lo que está molesto es con su ayudante, por cuestiones personales y profesionales que no le han gustado, además de verlo tan seguro en su puesto y con tan pocas ganas de dejarlo, que ya no lo quiere en la Selección.

En resumen, a Robert Moreno ni le había quedado claro su papel de interino, ni se esperaba la vuelta de Luis Enrique.

19/2/19

ROBO AL BALONCESTO

En la final de la Copa del Rey de baloncesto el verdadero robo fue al baloncesto, a nuestro baloncesto, a la imagen de la ACB. Presumimos de que el basket español es el mejor de Europa, la mejor liga, pero tras lo sucedido el domingo, hay que ponerlo en duda.

Y los árbitros a la nevera o a casa de por vida. El daño que le han hecho al baloncesto es irreparable y ya para siempre. Juan Carlos García González, Miguel Ángel Pérez Pérez y Benjamin Jiménez Trujillo no pueden seguir en activo ni un partido más, después de no ver una falta antideportiva clamorosa de Randolph sobre Singleton y tampoco el rebote legal de Randolph que le daba la victoria al Real Madrid, un triunfo que le acababan de quitar segundos antes al Barcelona con el manotazo a Singleton en la cabeza.

El trío arbitral no se atrevió a pitar una falta para el Barça que suponía dos tiros y posesión, con 90-92 en el marcador y a sólo 11 segundos para el final. En resumen, con la falta que harían lo blancos, iban a ser cuatro tiros libres y el título para los catalanes. La presión del pabellón, con la afición blanca en plena efervescencia en la prórroga, pudo con los colegiados. No se atrevieron a señalar la infracción. Es imposible que no la vieran. Luego el 2+1 de Carroll que ponía el 93-92 los crucificó. O ganaba el Barcelona o se iba a liar muy parda.

Su huida hacia adelante no pudo ser peor, dar por válida la "canasta" de Tomic que toca el aro y se convierte en un rebote limpio de Randolph y dos puntos para el Barcelona que se proclamaba así campeón por 93-94. Los árbitros prevaricaron, es decir, dictaron una sentencia, una decisión injusta, a sabiendas de que lo era. Quisieron devolverle a los azulgranas lo que les habían quitado. Y lo hicieron. Un auténtico escándalo, el mayor en la historia del baloncesto español.